El Lunes del Espíritu Santo, celebrado después de Pentecostés, destaca el papel del Espíritu Santo en la vida de la Iglesia e incluye costumbres protectoras

El Lunes del Espíritu Santo, también conocido como el Mes de Pentecostés, continúa la fiesta de Pentecostés, dedicándose especialmente al Espíritu Santo. Este día subraya la importancia de la Santísima Trinidad en la salvación y la obra del Espíritu en la Iglesia. Los fieles llevan a la iglesia ramas de tilo, nogal u otras plantas para que sean bendecidas, considerándolas símbolos de protección. También hay supersticiones que prohíben los trabajos duros y recomiendan evitar los lugares aislados por miedo a los espíritus inmundos.