Copenhague, 1 de diciembre de 2025 - El comisario europeo de Comercio y Seguridad Económica, Maroš Šefčovič, declaró en el marco de la Conferencia de los Comités Parlamentarios para Asuntos Europeos (COSAC), celebrada en Copenhague, que la Unión Europea se encuentra en el umbral de la presentación de una "doctrina de seguridad económica", un concepto destinado a guiar la posición de la UE en las relaciones comerciales globales, en la gestión de riesgos económicos y en el fortalecimiento de la resiliencia estratégica. Šefčovič subrayó que Europa ya no puede permitirse tratar el comercio como un ámbito aislado, sino como una herramienta que se encuentra en la intersección entre la política interna, la geopolítica y la seguridad económica.
En resumen La UE está preparando una nueva doctrina de seguridad económica para hacer frente a las tensiones y cambios en el comercio global.
Las relaciones comerciales con EE. UU. se han vuelto estables nuevamente, y con China la UE busca cooperación, pero también reducir dependencias.
Europa está diversificando sus acuerdos comerciales en Asia, África y América Latina y utiliza instrumentos de defensa comercial para proteger las industrias europeas.
En su discurso, el comisario destacó los rápidos cambios en el entorno internacional, especialmente en las relaciones con Estados Unidos y China. En lo que respecta a EE. UU., mencionó que, tras el acuerdo alcanzado en julio y la posterior declaración conjunta, las relaciones comerciales transatlánticas han recuperado estabilidad y previsibilidad. Šefčovič precisó que las discusiones recientes con funcionarios estadounidenses, incluido el secretario Howard Lutnick, se centran ahora en la implementación y en el fortalecimiento de un marco comercial robusto, capaz de sostener empleos e inversiones europeas.
En la relación con China, el comisario admitió la gran interdependencia económica, con intercambios comerciales de 731 mil millones de EUR en 2024, pero insistió en la necesidad de continuar con políticas de diversificación y de-risking. Las medidas de Pekín sobre el control de exportaciones de tierras raras han demostrado, según él, las vulnerabilidades de las cadenas de suministro europeas y la importancia de mantener relaciones comerciales equilibradas, basadas en la reciprocidad y reglas justas de mercado.
Šefčovič también transmitió un mensaje firme sobre la diversificación de la agenda comercial de la UE, subrayando que solo un tercio del comercio europeo tiene lugar con EE. UU. y China, mientras que dos tercios dependen de mercados globales menos visibles, pero esenciales para la competitividad de la UE. En el último año, la Unión ha avanzado en acuerdos comerciales importantes con Indonesia, México y Mercosur, y actualmente está negociando acuerdos con India, Filipinas, Tailandia, Malasia, países de África Oriental y del Sur, así como con los Emiratos Árabes Unidos. La UE también está explorando, al mismo tiempo, formas alternativas de cooperación, como acuerdos de comercio digital con Singapur y Corea del Sur, un acuerdo de facilitación de inversiones sostenibles con Angola y la reciente asociación firmada con Sudáfrica para comercio e inversiones limpias.
El comisario subrayó que la apertura comercial debe ir acompañada de la protección de la industria europea, indicando que actualmente hay 230 medidas de defensa comercial activas, que protegen más de 600,000 empleos en la UE. Estos instrumentos están destinados a contrarrestar importaciones subsidiadas o prácticas comerciales desleales, especialmente en sectores sensibles como el aceite y las aleaciones metálicas.
Otro mensaje importante se centró en el papel de Europa en la reforma de la Organización Mundial del Comercio. Šefčovič afirmó que la UE se encuentra "en el asiento del conductor" en la modernización del sistema global de comercio, con propuestas concretas en el ámbito de la gobernanza, las condiciones equitativas de competencia y el mecanismo de solución de disputas. Subrayó que las reglas multilaterales no pueden seguir ancladas en una realidad superada, y que la Unión debe moldear activamente el futuro del orden comercial global.
Finalmente, el comisario pidió un papel más activo de los parlamentos nacionales en la definición y evaluación de la política comercial europea, especialmente a través de contribuciones sobre el programa de trabajo anual de la Comisión. Según él, la legitimidad y la eficacia de la política comercial de la UE dependen de una cooperación más estrecha entre instituciones, en un contexto global en el que "ya no hay vuelta a los tiempos pasados".