Este cambio ha suscitado preocupaciones entre los legionarios, que temen que serán integrados en estructuras desconocidas, lo que podría llevar a confusión y pérdidas de vidas humanas. Aproximadamente 1.000 soldados de tres batallones serán transferidos a otras unidades, y la Legión ya no existirá como entidad independiente. Los funcionarios ucranianos sostienen que el cambio tiene como objetivo mejorar la integración de los voluntarios extranjeros, pero los legionarios temen que la eficacia y la cohesión del grupo disminuyan. Algunos soldados han expresado su preocupación sobre las habilidades de los nuevos comandantes para gestionar la diversidad cultural y lingüística de los voluntarios. También temen que la falta de familiaridad con las nuevas unidades podría llevar a errores fatales durante las misiones. Los voluntarios subrayan la importancia de mantener la identidad de la Legión, que les ofrece un sentido de pertenencia y apoyo en un entorno de combate peligroso.
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