Las tensiones entre Irán y la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) se han intensificado tras los ataques israelíes y estadounidenses a los sitios nucleares iraníes en junio, que impidieron el acceso a los inspectores de la ONU. Rafael Grossi, el jefe de la AIEA, ha pedido a Teherán que permita el acceso a los principales sitios nucleares, y el consejo de administración de la agencia ha adoptado una resolución apoyada por Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania, que insta a Irán a cumplir con sus obligaciones legales y a cooperar con la AIEA.
Irán, a través de su ministro de Relaciones Exteriores Abbas Araghchi, ha condenado la votación, acusando a estos países de perjudicar la credibilidad de la AIEA. La AIEA ha solicitado la verificación de las existencias de uranio enriquecido, mencionando que Irán posee aproximadamente 44,9 kilogramos de uranio enriquecido al 60%, casi la cantidad necesaria para una bomba nuclear. Irán niega las acusaciones de intentar desarrollar armas nucleares.
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