El PKK declaró el domingo la retirada de todas sus fuerzas de Turquía, trasladándose al norte de Irak, como parte de las presiones sobre Ankara para continuar el proceso de paz iniciado el año pasado. Turquía acogió esta decisión, considerándola un resultado positivo de los esfuerzos por poner fin a un conflicto de 40 años. El PKK anunció que aproximadamente 200-300 combatientes han abandonado Turquía, y su líder, Abdullah Öcalan, pidió un enfoque democrático para defender los derechos de la minoría kurda. El movimiento solicitó medidas legales y políticas para la integración de los militantes en la vida política, subrayando que no solo desean una amnistía, sino "leyes específicas para el proceso de paz". Una Comisión parlamentaria turca ya ha comenzado a trabajar en un marco legal para este proceso, y las reuniones con Öcalan son esenciales para el futuro de las negociaciones.
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