
La mujer con el apellido Li fue sorprendida en flagrante en un centro funerario en Hsinchu, Taiwán, después de que la familia del hombre fallecido, Peng, alertara a la policía debido a su comportamiento sospechoso. Li había tenido disputas financieras previas con Peng y, tras enterarse de su muerte, se presentó en la casa funeraria con un documento hipotecario falso y un pagaré por valor de 8,5 millones de NT$ (aproximadamente 280.000 dólares estadounidenses), afirmando que era una amiga cercana. Durante la ceremonia, fue observada subiendo al vehículo mortuorio y manipulando el cuerpo de Peng para obtener su huella dactilar. La policía la detuvo y confiscó los documentos falsificados.
Li reconoció que actuó por miedo a no recuperar el dinero que le había prestado a Peng. El tribunal la condenó a dos años de prisión suspendida, obligándola a pagar una multa y a realizar trabajo voluntario. El incidente provocó diversas reacciones en Taiwán y en toda Asia, siendo considerado una rareza y una forma de fraude.