El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha hecho un llamado a Donald Trump para que no lleve a Estados Unidos a una "guerra eterna", refiriéndose a la intensificación de la presencia militar estadounidense en la región, incluida la llegada del portaaviones USS Gerald R Ford. En un discurso, Maduro pidió paz, subrayando que Venezuela no debe convertirse en un nuevo teatro de guerra, similar a Afganistán o Libia.
El secretario de defensa, Pete Hegseth, anunció la Operación Southern Spear, mencionando que Estados Unidos protegerá el hemisferio occidental de "narcoterroristas". Los observadores consideran el despliegue militar como un intento de derrocar el régimen de Maduro, en el contexto en el que Venezuela no es un productor importante de cocaína.
En respuesta, los funcionarios venezolanos han advertido que están preparados para un ataque, teniendo planes de defensa que incluyen tácticas de guerrilla. Esta situación tensa refleja una escalada del conflicto entre Estados Unidos y Venezuela, con implicaciones geopolíticas significativas.
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