En el marco de las discusiones, en las que participó también el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Andriy Sybiha, se subrayó la necesidad de intensificar la presión sobre Rusia para poner fin al conflicto. El G7 acordó aumentar los costos económicos para Rusia y imponer sanciones contra aquellos que apoyan sus esfuerzos bélicos. Canadá anunció nuevas sanciones, y el Reino Unido prometió apoyo financiero para la infraestructura energética de Ucrania. Los ministros también condenaron la escalada de la violencia en Sudán y subrayaron la necesidad de intervenir en la situación humanitaria.
El G7 incluye a Canadá, EE. UU., Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y Japón, y en la reunión también fueron invitados ministros de otros países.