Cinco días después del robo en el Louvre, las autoridades decidieron trasladar las joyas de la corona francesa a una caja fuerte asegurada en el Banco de Francia, situada a 26 metros bajo tierra, por motivos de seguridad. El transporte se realizó bajo la escolta de la policía, y la información fue confirmada por fuentes de medios. Los robos ocurrieron en la Galería Apolo, donde cuatro ladrones enmascarados rompieron dos vitrinas y robaron ocho joyas valiosas, valoradas en 88 millones de euros.
El museo fue evacuado y cerrado, y las autoridades continúan la búsqueda para identificar a los ladrones y recuperar las joyas robadas. La transferencia de las joyas se considera excepcional, teniendo en cuenta que las cajas fuertes del Banco central también guardan otros valores significativos, como los cuadernos de Leonardo da Vinci, valorados en más de 600 millones de euros.