El fin de semana, el presidente Donald Trump provocó controversia con una amenaza en las redes sociales, afirmando que lanzará ataques en Nigeria, acusando al gobierno nigeriano de permitir el asesinato de cristianos. Esta declaración sorprendió a los funcionarios del Pentágono, que esperaban que la administración se centrara en problemas como la seguridad de las fronteras y las amenazas de China y Rusia. Trump ordenó al Pentágono que se preparara para "posibles acciones" en Nigeria, lo que generó confusión entre los militares estadounidenses, que no habían sido informados sobre detalles específicos.
Esta amenaza llegó después de que Nigeria fuera incluida en la lista de "países de interés especial" debido a violaciones de las libertades religiosas. La presión de los grupos evangélicos influyó en la decisión de Trump, quien se sintió motivado a actuar en contra de las violencias injustas contra los cristianos en Nigeria. Aunque Boko Haram ha sido una prioridad para EE. UU. en el pasado, Nigeria ha salido del centro de atención en los últimos años, y las razones por las que Trump la ha vuelto a poner en discusión siguen siendo poco claras.
Además, Trump ha provocado preocupación global con su anuncio de que ha solicitado pruebas de armas nucleares, subrayando un cambio en la política exterior de su administración. Esto ha planteado preguntas sobre la dirección futura de la política exterior de EE. UU., en el contexto en el que Trump ha abordado temas que han sido en gran parte ignorados por los expertos en seguridad nacional.
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