En un discurso en Frankfurt, Christine Lagarde, presidenta del BCE, subrayó la necesidad urgente de acciones para fortalecer la integración europea, mencionando que el modelo de negocio basado en exportaciones ya no es adecuado. Ella destacó la vulnerabilidad de Europa, acentuada por la dependencia de países terceros para la seguridad y las materias primas, y mencionó los recientes choques globales, incluida la invasión de Rusia en Ucrania.
Lagarde insistió en la importancia de un verdadero Mercado Único integrado, advirtiendo que la inacción durante seis años sería irresponsable. También subrayó que simplificar el proceso de toma de decisiones podría mejorar la competitividad. Sin embargo, reconoció que las debilidades estructurales de la Unión Europea siguen siendo una amenaza a largo plazo, erosionando gradualmente el crecimiento económico.
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