 
            La estatua del general confederado Albert Pike, destruida e incendiada en 2020 durante las protestas por justicia social en Washington, fue reinstalada por orden del presidente Donald Trump. Esta ha sido una fuente de controversia, similar a otros monumentos confederados, erigidos después de la Guerra Civil. En agosto, el Servicio de Parques Nacionales anunció el plan de devolver la estatua restaurada, invocando una orden ejecutiva firmada por Trump para restaurar la historia americana.
La delegada demócrata Eleanor Holmes Norton criticó esta acción, considerándola ofensiva para los miembros del ejército. La estatua, construida en 1901, ha sido un tema de disputas, y Norton ha intentado en varias ocasiones eliminarla. Pike, acusado de su contribución a la formación del Ku Klux Klan, está enterrado en la sede de los masones en Washington, quienes sostienen que las acusaciones no están respaldadas por pruebas.
Fuentes
 
                             
                             
             
             
             
             
             
             
                 
                 
                 
                 
                 
             
    