La introducción del impuesto turístico internacional en 2019 tuvo como objetivo aplicarlo a todos los pasajeros que salen de Japón, incluidos aquellos en tránsito con escalas de más de 24 horas. Actualmente, el impuesto es de 1.000 yenes (aproximadamente 6 euros), pero los legisladores japoneses están considerando un aumento a 3.000 yenes (más de 15 euros) para 2026. Esta propuesta surge en el contexto de un aumento récord en el número de turistas, estimado en 36,9 millones en 2024, lo que ejerce presión sobre la infraestructura y la gestión del turismo.
Además, los turistas se enfrentan a costos adicionales, incluida una tasa en Kioto de hasta 56 euros por noche. Se estima que la tasa de salida generará 52,4 mil millones de yenes en 2024, y se considera esencial para asegurar un turismo sostenible y para reinvertir en la conservación del patrimonio cultural y el mantenimiento de los sitios.