El mes pasado, Estados Unidos impuso sanciones a los dos mayores productores de petróleo de Rusia, marcando la primera acción de este tipo desde el regreso de Trump a la Casa Blanca, en un intento de poner fin a la guerra en Ucrania. Hungría, un aliado cercano del Kremlin y de Trump, depende significativamente de los recursos energéticos rusos.
El primer ministro Viktor Orban, acompañado por una delegación formada por seis ministros, declaró que solicitará una exención de estas sanciones, considerando que las medidas son un error para Hungría. Orban subrayó la necesidad de discutir con Trump sobre la construcción de un sistema económico sostenible, teniendo en cuenta el impacto potencial de las sanciones sobre los precios de la energía. También se espera que la reunión aborde la situación en Ucrania, y el encuentro con Trump podría ofrecer a Orban una victoria simbólica frente a los desafíos políticos internos, con elecciones inminentes.
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