hace 42 minutos
Internacional
Foto: Ilya Vaga / Alamy / Profimedia
Los participantes informaron síntomas severos, incluyendo dificultades para respirar y quemaduras en la piel, después de haber sido expuestos a los cañones de agua. Un estudio realizado por Konstantine Chakhunashvili confirmó la prevalencia de efectos adversos a largo plazo entre los manifestantes. El exjefe del departamento de armamento de la policía anti-disturbios, Lasha Shergelashvili, declaró que la sustancia utilizada era mucho más potente que el gas lacrimógeno habitual.
Las autoridades georgianas rechazaron las acusaciones, afirmando que la policía actuó legalmente. Estos eventos plantean serias preguntas sobre el uso de armas químicas en el control de protestas.