El parlamento paquistaní ha aprobado una enmienda constitucional que refuerza significativamente los poderes del jefe del ejército, Asim Munir, y limita las atribuciones de la Corte Suprema. La enmienda fue adoptada con una abrumadora mayoría en la Cámara baja, después de que la Cámara alta la votara dos días antes, en ausencia de oposición. Críticos, incluidos diputados del partido Pakistan Tehreek-e-Insaf (PTI), han denunciado las modificaciones como una grave amenaza a la democracia, afirmando que concentran el poder en manos del ejército y de la coalición gobernante.
Además, los casos constitucionales serán transferidos a una nueva Corte Constitucional Federal, y sus jueces serán nombrados por el gobierno, lo que plantea preocupaciones sobre la independencia de la justicia. Expertos legales han advertido que esta reforma podría erosionar los principios democráticos, y abogados constitucionales han subrayado que el parlamento ha logrado lo que dictadores anteriores no pudieron. La enmienda entrará en vigor tras su promulgación por parte del presidente, consolidando así la influencia del ejército en la política paquistaní.
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