6 agosto 11:03
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Internacional
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El estudio de RANEPA muestra que las pequeñas ciudades rusas han perdido 314.500 habitantes en la última década, con comunidades vulnerables en las regiones septentrionales. Entre las causas del declive figuran la pérdida de empleo, el envejecimiento de las infraestructuras y la falta de inversiones. Ciudades como Verhny Taghil y Trubcevsk corren el riesgo de desaparecer. Los jóvenes emigran a centros urbanos más grandes, y los limitados presupuestos de las ciudades pequeñas dificultan su desarrollo. El gobierno asigna recursos insuficientes para apoyarlas, centrándose más en el gasto militar.