El Parlamento de Chile adoptó el martes un proyecto de ley que prohíbe el uso de teléfonos móviles en todas las escuelas primarias y secundarias, tanto públicas como privadas. La iniciativa, respaldada por el gobierno del presidente Gabriel Boric, entrará en vigor en marzo y tiene como objetivo combatir el impacto negativo de los teléfonos en la educación y la salud mental de los estudiantes.
El ministro de educación, Nicolas Cataldo, describió el uso de teléfonos móviles como un "flagelo" que afecta a los niños, asociándose con el desarrollo de adicciones y el deterioro del proceso de aprendizaje. La ley permite excepciones para los estudiantes con necesidades educativas especiales o en caso de emergencia.
Esta medida se alinea con las tendencias internacionales, ya que muchos países de América Latina y Europa han adoptado restricciones similares para promover la concentración y la salud emocional de los jóvenes.