La demanda global de uranio aumentará significativamente hasta 2040, mientras que la producción disminuirá, generando un déficit en el mercado.

La energía nuclear se recupera, y el uranio se vuelve esencial para alimentar los reactores. La demanda de uranio podría aumentar en un tercio hasta 2030, alcanzando 150,000 toneladas en 2040, mientras que la producción disminuirá drásticamente. Kazajistán y Rusia dominan el mercado, y las tensiones geopolíticas impulsan inversiones en nuevos proyectos nucleares. Las innovaciones financieras y la expansión de capacidades en EE. UU. y Europa sugieren un aumento significativo del interés por el uranio, aunque los desafíos siguen siendo grandes.