Alemania se está preparando para una transformación energética significativa, con cada vez más ciudades anunciando planes para abandonar las redes de gas. Según un estudio, el 19% de las empresas municipales de servicios públicos tienen la intención de cerrar completamente las redes de gas, y casi el 46% de los proveedores locales no han decidido si transformarán la infraestructura para biogás. Este cambio afectará a millones de hogares, que tendrán que adoptar alternativas de calefacción, como las bombas de calor, con costos de adaptación estimados en más de 10.000 euros por vivienda.
Ciudades como Mannheim, Augsburgo y Hannover han establecido plazos para desconectarse del gas, con Mannheim planeando cerrar la red para 2035. Sin embargo, muchas regiones aún no tienen una estrategia clara. Alemania tiene aproximadamente 550.000 kilómetros de tuberías de gas, y la transición requerirá un marco legal claro y apoyo financiero por parte del estado. El presidente de la Asociación de Operadores de Servicios Públicos (VKU), Ingbert Liebing, subraya la necesidad de una acción rápida para ofrecer alternativas accesibles a los consumidores y aclarar la situación para las pymes.