Achraf Hakimi, el lateral del PSG, sufrió un esguince en el tobillo izquierdo tras una falta en el partido contra el Bayern de Múnich, lo que generó pánico entre los marroquíes, que lo consideran un ídolo. Su ausencia de al menos seis semanas ha provocado una fuerte reacción emocional en Marruecos, donde las redes sociales se han inundado de mensajes de apoyo. Jalal Bouzrara, una personalidad del periodismo local, describió la situación como una "tragedia nacional", subrayando su papel como líder.
El impacto de Hakimi es tan grande que su lesión ha eclipsado otros eventos importantes, como el aniversario de la Marcha Verde. Su popularidad se debe no solo a sus habilidades en el campo, sino también a su carácter, incluida la elección de representar a Marruecos en lugar de España. Su deseo de participar en los Juegos Olímpicos de 2024 y su comunicación con los aficionados han consolidado su imagen de unificador, convirtiéndolo en una figura querida incluso fuera del círculo de los aficionados al fútbol.