Después del escándalo provocado por las graves acusaciones formuladas contra Camelia Voinea, la Federación Rumana de Gimnasia decidió disolver los equipos nacionales, medida que será válida al menos hasta finales de año. Esta decisión fue tomada tras una reunión del Comité Ejecutivo que duró siete horas. En el marco de este encuentro, también se discutieron los problemas surgidos a raíz de la declaración de Denisa Golgotă, quien se quejó del comportamiento de los entrenadores, acusándolos de acoso.
El presidente de la federación, Ioan Suciu, subrayó la complejidad de la situación y mencionó que todos los problemas señalados serán enviados a la Comisión de Disciplina para un análisis detallado. Además, el presidente del COSR, Mihai Covaliu, condenó firmemente los comportamientos inapropiados en la relación entrenador-deportista y afirmó que tales actitudes no serán toleradas.
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