Los deportistas rumanos que iban a participar en el Campeonato Mundial de pesca en kayak en México fueron rechazados en la entrada al país y expulsados, bajo el argumento de que no tenían prueba impresa del pago del alojamiento para el período oficial de la competencia. El presidente de la Asociación de Cazadores y Pescadores Deportivos de Rumanía declaró que los deportistas tenían todos los gastos pagados, incluyendo alojamiento, boletos de avión y el alquiler de los kayaks, totalizando más de 30,000 euros.
Después de 12 horas de espera en una sala del aeropuerto, sin teléfonos y sin explicaciones, los deportistas fueron subidos a un avión con destino a España. Aunque presentaron pruebas de reserva para el período de entrenamiento y confirmaciones de pago, los documentos no fueron aceptados por las autoridades mexicanas. Răzvan Ghindăoanu, uno de los deportistas, describió la experiencia como extremadamente frustrante y deshumanizante, subrayando que, a pesar de las dificultades, el equipo no se rendirá y espera regresar a la competencia.
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