La policía y los fiscales de Mureș, Bacău y Satu Mare están llevando a cabo registros en el marco de investigaciones sobre pornografía infantil, violación y extorsión a menores.
En Mureș, un sospechoso está acusado de haber inducido a una menor de 15 años a mantener relaciones sexuales, amenazándola posteriormente con la distribución de imágenes comprometedoras. En Bacău, ocho personas están siendo investigadas por la adquisición y distribución de material pornográfico con menores, y en Satu Mare, las investigaciones se centran en una red que ha distribuido más de 740 archivos con contenido ilegal. La organización "Salvați Copiii" ha informado de un aumento alarmante de los casos de abuso y explotación sexual de niños, subrayando la gravedad del problema en Rumanía.
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