El viernes, Grecia fue golpeada por un poderoso sistema ciclónico llamado Byron, que llevó al cierre de escuelas y a la perturbación de los servicios públicos y del transporte. Las lluvias torrenciales afectaron regiones como Ática, Peloponeso, Creta y las islas del Mar Egeo, y las autoridades emitieron alertas de emergencia, instando a la población a evitar desplazamientos innecesarios.
Se han reportado inundaciones severas, y la autopista Atenas-Corinto fue cerrada debido a las inundaciones. El servicio de bomberos recibió numerosas llamadas de asistencia, y en Ática todas las escuelas fueron cerradas. La tormenta continuará hasta el sábado, con precipitaciones intensas y riesgos de granizo y vientos fuertes. Los meteorólogos advirtieron que el fenómeno seguirá afectando a las áreas ya vulnerables a inundaciones.