Más de 100.000 personas de los condados de Dâmbovița y Prahova se enfrentan a la falta de agua potable desde hace cinco días, debido al aumento de la turbidez del agua en la presa de Paltinu, causado por las abundantes lluvias y los trabajos de acumulación. La ministra del Medio Ambiente, Diana Buzoianu, ha solicitado la dimisión de los directores de las administraciones de cuencas de Buzău y Prahova, acusándolos de haber sabido sobre los riesgos de falta de agua, pero no haber informado a las autoridades competentes.
Los documentos oficiales habrían confirmado estos riesgos, pero no fueron comunicados a los alcaldes ni a la población, lo que llevó a la incapacidad de tomar medidas preventivas. Buzoianu subrayó que, si hubieran sido advertidas, las autoridades locales podrían haber asegurado fuentes alternativas de agua. Además, las clases en las instituciones educativas de las 13 localidades afectadas han sido suspendidas, pasando al sistema en línea.
Las estimaciones para la reanudación del suministro de agua son inciertas, con un plazo mencionado para el 8 de diciembre.