Un empleado de la Sociedad de Transporte de Bucarest (STB), que trabajaba como conductor de cisterna, fue sorprendido en flagrante mientras sustraía combustible del vehículo que conducía. Fue atrapado con aproximadamente 240 litros de diésel. STB decidió realizar verificaciones después de que surgieron sospechas sobre el consumo de combustible, notificando a la Brigada de Policía para el Transporte Público.
Como resultado de la colaboración con la policía, el empleado fue atrapado durante el robo. El director general de STB, Andrei Dinculescu-Bighea, subrayó el compromiso de la sociedad de tratar con seriedad cualquier intento de fraude o robo, continuando colaborando con las autoridades para proporcionar toda la información necesaria para la investigación.
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