Con cinco días antes del robo mediático del Casco de Coșofeni y de las pulseras de oro dácicas, Andrei B. entró sin boleto en el Museo Drents, siendo sospechado por la policía de haber realizado una investigación preliminar. Aunque no está detenido y no es uno de los tres principales sospechosos, su presencia en el museo es notable. Andrei B. fue reconocido a partir de imágenes de vigilancia y fue interrogado por la policía, afirmando que no sabía que se encontraba en un museo. Las autoridades descubrieron que tiene vínculos con un coordinador de ladrones en Alemania y ha estado involucrado en robos anteriores. Los tres principales sospechosos en el robo del 25 de enero están acusados de utilizar explosivos para entrar en el museo. El casco y las pulseras robadas tienen un valor estimado de casi 6 millones de euros, y la policía continúa las búsquedas para recuperarlos.
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