Victor Ponta denuncia la hipocresía de los partidos en el Parlamento, acusándoles de recibir dinero público por pasividad.

Ponta afirma que el verdadero problema de la política rumana es la hipocresía, no la corrupción ni la estupidez, y critica tanto al Gobierno como a la oposición por su comportamiento. Subraya que los partidos, incluida la AUR, reciben fondos públicos a cambio de silencio político. Con el escándalo de corrupción del viceprimer ministro Dragoș Anastasiu como telón de fondo, Ponta sugiere que la subida del IVA podría suponer un aumento de las "comisiones ilegales" para los partidos. Anastasiu, por su parte, justifica su dimisión e insiste en la necesidad de reformas para evitar la degradación de la economía.