El anuncio se hizo en el marco de una reunión con sus partidarios, donde subrayó la importancia de anticipar los cambios económicos que podrían surgir tras el levantamiento de las sanciones. Viktor Orbán, conocido por sus relaciones con líderes como Donald Trump y Vladimir Putin, mencionó que las discusiones con ambas partes son esenciales. La empresa húngara MOL podría adquirir activos rusos sancionados, y Orbán prometió a Putin la continuación de las importaciones de hidrocarburos de Rusia, ignorando la presión de la Unión Europea para diversificar las fuentes de energía. Además, cuestionó las decisiones de la UE sobre la prohibición de las importaciones de gas ruso, llevando el asunto al Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
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