El jueves, los líderes de cinco antiguas repúblicas soviéticas de Asia Central – Kazajistán, Kirguistán, Uzbekistán, Tayikistán y Turkmenistán – fueron recibidos en la Casa Blanca por Donald Trump. Este encuentro marca la primera vez que Trump se reúne con estos líderes, en el contexto en el que EE. UU. busca fortalecer sus asociaciones económicas y militares frente a la influencia rusa y china. Trump subrayó la importancia de los minerales estratégicos de esta región, reconociendo el inmenso potencial de estos países.
Kazajistán ha anunciado que se unirá a los Acuerdos de Abraham, un paso considerado un progreso real por Trump, aunque el país ya tiene relaciones con Israel. Además, Trump anunció un acuerdo comercial con Uzbekistán, que implicará inversiones significativas en sectores clave. Los abundantes recursos naturales de la región, como el uranio de Kazajistán y el oro de Uzbekistán, atraen la atención de Bruselas y Washington, que desean diversificar el suministro de metales raros. Esta región, con una población de aproximadamente 80 millones, está estratégicamente situada entre Rusia, China, Irán y Afganistán, estados con relaciones tensas con Occidente.
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