Los investigadores alemanes han determinado que un grupo de ucranianos fue responsable de sabotear los gasoductos Nord Stream, actuando bajo el mando de Valerii Zaluzhnyi, el excomandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania. Un equipo de detectives ha recopilado pruebas durante tres años, incluyendo la identificación de sospechosos a través del análisis de imágenes y datos de alquiler de barcos.
Polonia se ha negado a extraditar a un sospechoso, considerándolo un héroe, lo que ha generado críticas sobre la dependencia de Alemania de la energía rusa. Uno de los sospechosos, Serhii Kuznetsov, fue arrestado en Italia y ha entrado en huelga de hambre, afirmando que sus acciones estaban justificadas militarmente. Los jueces italianos están por decidir sobre su extradición a Alemania, mientras su estado de salud se deteriora. Esta situación complica el apoyo internacional a Ucrania en el contexto de la guerra con Rusia.